Con mucha fe (Dios y la Santísima Virgen están presentes y me escuchan) y mucho amor (Voy a hablar con quien me ama). Sin prisa (¿Por que escatimar el Tiempo a Dios, dueño de éste?), con confianza ( El Señor me concederá lo que más falta me haga), con paciencia y perseverancia (Me lo concederá cuando el estime oportuno), con humildad (Soy un pobre pecador sin derecho a exigir nada a Dios), con deseo de perfección (Para que la Santísima Virgen nos ayude a ser mejores cada día). Algunos hacen Peticiones al comienzo del Rosario, otros lo hacen después de enunciar cada misterio. ¡No dejes de pedir por ti, por tu familia y por la paz de México!

Durante el rezo, vamos pensando en el significado del misterio correspondiente, meditamos, contemplamos e imaginamos cualquier escena de dicho Misterio. Nos dice Jesús que donde dos o tres estén reunidos en su nombre, el estará presente en medio de ellos (Mateo 18,20) invitemos a nuestra familia a rezar. (“La familia que reza unida, permanece unida” (P.Peyton) y estemos seguros de la presencia del Señor, María, nuestro ángel de la guarda aunque recemos solos. No nos preocupe si tenemos distracciones, “Son como las moscas” San Alfonso María de Ligorio, basta con espantarlas cuando nos demos cuenta. Pero hemos de evitar distraernos, por esto es importante no tener prendidos los aparatos electrónicos, …. si depende de nosotros, ayuda a veces el cerrar los ojos.

Hemos de rezar despacio, San Alfonso María Ligorio se quejaba de los que rezan de prisa, sin más intención que de acabar rápido. Cualquier momento y lugar es bueno para rezar el Rosario, sin embargo siempre ayudará rezar frente a Jesús mismo en el Sagrario en las Iglesias o bien si está expuesto en la Custodia el Santísimo Sacramento de la Eucaristía aún mejor. También ayuda mucho frente a alguna imagen y de rodillas es un gesto de humildad muy grato al Señor. También es muy provechoso rezarlo en una sala de espera, en un medio de transporte, incluso conduciendo. Ojalá no nos diera vergüenza sacar nuestro Rosario en esas circunstancias.

Para llevar la cuenta de las Avemarías y los Misterios es bueno tomar en las manos un Rosario bendecido (El Rosario debe ser bendecido por un Sacerdote Católico), que luego podamos colgarnos al cuello o guardar en un bolsillo. Hemos de tomar el Rosario con la ilusión de que al hacerlo, damos la mano a Nuestra Madre del Cielo.

«No puede haber ningún pecador tan perdido, ni alma esclavizada por el despiadado enemigo del hombre, Satanás, que no pueda salvarse por la virtud y eficacia admirable del santísimo Rosario de María, agarrándose de esa cadena misteriosa que nos tiende desde el cielo la Reina misericordiosísima de las místicas rosas para salvar a los tristes náufragos de este borrascosísimo mar del mundo»